martes, 2 de junio de 2020

El transporte de agua en los países en desarrollo y el cambio climático, un ejemplo de desigualdad.

El cambio climático no es solo un problema ambiental, es un problema global con múltiples repercusiones sociales. Nos afecta a todos, hombres y mujeres, pero son las personas más pobres y vulnerables, especialmente mujeres y niñas de los países en desarrollo, las que más sufren estas repercusiones.

Un ejemplo claro, es el agua. ¿Qué sucede cuándo un hogar no tiene agua? ¿Quién se encarga tradicionalmente de ir a recogerla, allá dónde se encuentre? Las mujeres y las niñas y niños. Es un rol de género asignado a las mujeres en estos territorios tan desfavorecidos.

La crisis global provocada por el cambio climático,  debido al incremento de las emisiones de gases con efecto invernadero causado por la humanidad, altera el clima, provocando, entre otros efectos, sequías extremas.  Por eso, cada vez más y más mujeres y niñas se ven obligadas a caminar más distancia y emplear más tiempo en ello, como podemos ver en este gráfico de ONU Mujeres.


Si dedicas más tiempo en ir a por agua, tienes menos tiempo para ti, para educarte, entre otras muchas consecuencias. Es decir tenemos, en este caso, un ejemplo de desigualdad de género con dimensiones educativas, de acceso a los recursos, de salud, etc.

¿Soluciones? Pasarían, entre otras, por la educación, la capacitación de esas mujeres y niñas, por su implicación en la construcción de sociedades más justas y ambientalmente equilibradas. ¿Difícil? Sí, para qué negarlo, pero desde ONU Mujer se están emprendiendo acciones en esta línea.


Foto superior: John Moore. Propiedad de Getty Images.

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